tag:blogger.com,1999:blog-44655493659555477222024-02-08T01:11:23.425+01:00Whodunnit?Porque normalmente la ficción supera a la realidadTravishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-52713554416355948262010-03-06T19:37:00.003+01:002010-03-06T20:16:48.155+01:00Shutter Island: Mucho ruido, pocas nueces<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7QzQ2f-uqMSu6eM8kTkTk4TUgA6_OmnqFZbz9v7o06J_W6mOPv5I6g8l42TGMHu-AHsG_Uc45zoaMk83y4DBIKjCdeAV0Fg6sT1JQraywFwPNPJ7Zf-rbhzezfP-J6DaQRn-e7szzlpk/s1600-h/shutter_island1.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 213px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7QzQ2f-uqMSu6eM8kTkTk4TUgA6_OmnqFZbz9v7o06J_W6mOPv5I6g8l42TGMHu-AHsG_Uc45zoaMk83y4DBIKjCdeAV0Fg6sT1JQraywFwPNPJ7Zf-rbhzezfP-J6DaQRn-e7szzlpk/s320/shutter_island1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5445592675861666050" border="0" /></a>Teníamos ganas de Scorsese. Lo echábamos de menos. Nos habían contado que el viejo de Marty estaba de capa caída, que había perdido fuerza narrativa; que su famosa intuición -ese conocimiento enciclopédico de la historia del cine que le hacía elegir obras literarias y guiones de toda clase y condición para convertirlos en obras maestras- ya no era tan evidente.<br />Y los fans de Scorsese decíamos "Puede ser, pero... Martin fue, es y será Martin, y normalmente no nos decepciona".<br />Este diálogo se repitió, cual día de la marmota, a lo largo de los cuatro añazos que hemos estado sin poder disfrutar de una nueva ficción de este director incomparable. Y por fin llegó el día. Un thriller psicológico con el nuevo hijo pródigo, Leo Di Caprio, en el papel principal. Vimos el tráiler y nos dijimos "qué buena pinta".<br /><br />Evidentemente, el tema tratado en la película no es nuevo. Una institución psiquiátrica, una paciente que da problemas, giros constantes de guión... Todo ya muy visto, oído, masticado e incluso olido. Pero confiábamos en la buena mano de Scorsese para que toda la trama se viera con nuevos ojos, para que pudiéramos disfrutar de algo nuevo y vibrante, para comernos el coco con el "Whodunnit?" habitual y al mismo tiempo saborear cada uno de los planos del metraje.<br />Y no cabe decir sino que el principio no nos decepciona en este sentido: un barco que se dirige a una isla monstruosa al más puro estilo isla de King Kong, dos policías vestidos a la moda de los '50 y entre ellos uno de los mejores actores vivos haciendo el papel que más le va: el de un histriónico con el ceño fruncido. Llegamos al manicomio y, acompañados por una música al más puro estilo <span style="font-style: italic;">Cape Fear </span>nos introducimos en la presentación del conflicto; una mujer escapada, dos policías que investigan, una institución dirigida por el solvente Ben Kingsley que esconde numerosos secretos... ¿Inquietante? De momento sí.<br />Entramos en el segundo acto y todo va sobre ruedas, el ritmo nos convence, la música actúa cuando debe, el conflicto es jugoso... Es entonces cuando se nos empiezan a dar datos que (nosotros sabemos) serán importantes para comprenderlo todo al final de la trama, y nos empezamos a dar cuenta de que en toda la historia hay algo que huele raro, que el policía esconde un pasado turbio con el cual está obsesionado, que los médicos parecen saber más de lo que dicen y que debemos estar atentos para no perdernos más adelante. Perfecto, nos decimos.<br />Pero, de repente, todo se vuelve extraño, los frentes abiertos se multiplican hasta límites insospechados; nos hablan de un faro, de la guerra fría, de unos niños muertos, de una mujer loca que no lo está... Y nos empezamos a hacer un lío, ¿qué es lo importante? ¿qué me quieres contar, Marty?.<br />Todo este batiburrillo nos provoca un poco de confusión, pero nos tranquilizamos al ver la impresionante secuencia de la prisión-manicomio y al saber que, pese que hace tiempo que intuimos el giro final, nos acercamos al clímax, protagonizado por el faro de la isla monstruosa (hay motivos y motivos...), y a la (esperada) sorpresa final. Cuando el pastel se descubre, ya perdemos la esperanza de que el film se arregle, nos sentimos algo estafados (algo que es normal y necesario en una película de este tipo) y nos molesta el larguísimo anticlímax comercial, que no sirve sino para explicar a los que se habían perdido los primeros 40 minutos del film una de las posibles interpretaciones de la cinta. Y al final, aunque nos gusta su ambigüedad, su traslado del estado de locura al lenguaje cinematográfico, las asociaciones y disociaciones que se producen, el trabajo técnico (casi) impecable y otros muchos aspectos positivos, no podemos sino sentirnos contrariados, preguntándonos qué ha pasado en la película, qué nos han contado, qué hemos aprendido.<br /><br />Y salimos del cine y nos dicen que Scorsese ya no es el que era, que ha perdido fuerza narrativa e intuición, y nosotros contestamos: "Puede ser, pero... Martin fue, es y será Martin, y ya hablaremos cuando vuelva a hacer ma(f/g)ia".Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-49047944246703826152009-08-10T22:38:00.004+02:002009-08-10T23:17:04.154+02:00Mulholland drive: la carretera de los sueños<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.cartelera10.com/files/2008/08/mulholland_drive.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 297px; height: 420px;" src="http://www.cartelera10.com/files/2008/08/mulholland_drive.jpg" alt="" border="0" /></a><br />Ni que decir tiene que David Lynch es uno de los directores vivos más interesantes y arriesgados del panorama internacional.<br />Asociar la palabra "polémico" a su cine parece ya casi una redundancia, y aunque su enorme capacidad imaginativa parece ser aceptada por casi todo el mundo, las reacciones a su filmografía vienen a menudo lastradas por un cierto fanatismo tanto por parte de sus, en ocasiones, demasiado fieles seguidores como por sus detractores. Con relativa frecuencia los críticos y líderes de opinión cinematográfica se dejan llevar por el nombre de este cineasta y encumbran o infravaloran películas sin ni siquiera haberse esforzado a pensar sobre ellas.<br />Por ello creo que una opinión escéptica con la fama de Lynch y libre de prejuicios, es la más válida para describir sus films. Con esa intención, y desde un cierto desconocimiento y neutralidad ante su obra, me gustaría escribir unas líneas sobre una de las más famosas y características películas del realizador, <span style="font-style: italic;">Mulholland Drive</span>.<br /><br />Es curioso el hecho de que, si tenemos en cuenta la progresión dramática clásica, la película es un cortometraje de veinte minutos sobre el desamor homosexual. Y si vemos esos veinte minutos finales sin ver las dos horas anteriores y nos ponemos a analizarlos, vemos que lo que se cuenta es una historia bien narrada y estructurada, con un guión inteligente, una maravillosa música y unas excelentes interpretaciones. Nada excepcional, por supuesto.<br />Lo excepcional son las dos horas anteriores, porque lo que vemos previamente es, lejos de lugares comunes, el sueño (con sus dos acepciones) puesto en imagen. Y contrariamente a lo que pudiera parecer, no se ha de entender esta ensoñación como algo abstracto o surrealista, porque la mayoría de escenas entran en lo comprensible y lo verosímil. Entonces, ¿a qué me refiero con "sueño puesto en imagen"? Pues muy sencillo. Lo que hace Lynch, y por lo que te deja con la boca abierta cuando has tenido tiempo de reflexionar unos momentos, es trasladar la estructura de cómo soñamos al lenguaje cinematográfico.<br />Escenas deshilachadas entre sí se suceden en una carretera que conduce al universo lynchiano lentamente, mientras el espectador se desliza sin querer darse cuenta a pesar de las señales (los ancianos sonrientes, el cowboy AKA Lynch en pantalla...), y cuando ya llevamos un buen rato en el mundo de David, cuando todo parece que deja de tener un sentido lógico, llega la conclusión final y nos damos cuenta que las piezas del puzzle que deseábamos resolver no encajan entre ellas, que son meros apuntes subconscientes que nos otorgan un papel interpretativo, en el cual se nos hace imposible discernir cuáles de los sueños de Diane/Betty son reales o simples deseos y cómo se sucedieron los hechos (si es que lo hicieron) en realidad. La moraleja, al final, se nos presenta cruel aunque real, sin azúcar: por mucho que soñemos no podemos cambiar lo que ya ha sucedido.<br /><br />Por supuesto, no es casualidad que la historia se ubique en Hollywood, ni que la protagonista sea una actriz que <span style="font-style: italic;">sueña</span> con introducirse en el mundo de los grandes estudios, ni la dualidad rubia americana/morena extranjera ya presente en otras obras del autor. Y es que como en la magnífica <span style="font-style: italic;">Blue velvet</span>, la bella capa superficial del mundo de las estrellas, ésa que asombra a Betty al salir del aeropuerto de Los Ángeles, esconde un iceberg de suciedad sórdida y cruel, una putrefacción que, como la oreja de Lamberton o el cadáver de Diane, nos cuesta asimilar.<br /><br />La estructura del film, si uno no presta toda su atención, puede parecer tremendamente complicada, puede hacer que nos desentendamos y desconectemos de la película, más si tenemos en cuenta las pocas pistas (aunque suficientes) que en esta ocasión se nos ofrecen.<br /><br />Curiosamente, esta cinta recuerda más a otras como <span style="font-style: italic;">Eternal Sunshine of the Spotless Mind</span> (Gondry, 2004) que a la última película del realizador, <span style="font-style: italic;">Inland Empire</span>, ya que a diferencia de ésta, Lynch no se deja dominar completamente por la búsqueda de un nuevo lenguaje, no antepone su universo fílmico y teórico a una historia, no se olvida del espectador. <span style="font-style: italic;">Mulholland Drive </span>es, en comparación con la última obra del autor, menos depurada teóricamente en la evolución comenzada con <span style="font-style: italic;">Lost Highway, </span>pero sin duda es mucho más entretenida, mucho más bella (cómo olvidar por ejemplo la pulsión de la escena erótica de las protagonistas) y quizás contiene mucho más cine que aquélla, pues al contrario de la citada, es completamente disfrutable y admirable sin tener que descifrar una sinopsis, como si se tratara de un buen cuadro abstracto.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-7050130000885914012009-07-29T20:29:00.006+02:002009-07-29T22:11:12.931+02:00Caché: Memoria y miedo<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://niklasonline.viabloga.com/images/cache.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 302px; height: 403px;" src="http://niklasonline.viabloga.com/images/cache.jpg" alt="" border="0" /></a><br />Debo confesarme antes de expresarme: ésta era la primera película de Haneke que veía. Me lo habían recomendado, me habían dicho que por su estilo seguramente me gustaría... pero nada.<br />Como casi todo en esta vida, las cosas buenas llegan sin buscarlas, y en esta ocasión no fue excepción que confirma.<br />El caso es que haciendo zapping en uno de los pocos momentos en que veo la tele, llego a La 2, et voilà, emisión de película buenísima pagada con nuestros impuestos. Ya era hora.<br /><br />La cinta viene alabada por dos de los premios más importantes a nivel mundial actualmente, el de mejor dirección y el FRIPESCI de un festival tan prestigioso como el de Cannes. Y ya desde la primera toma, te das cuenta que es <span style="font-style: italic;">chicha de Cannes: </span>encuadre fijo de varios minutos de una calle residencial, y de repente, después de unos créditos por lo menos originales, la imagen rebobina y avanza, y unas voces en off hablan sobre la imagen que ven. En ese momento parece imposible no ver lo que nuestro amigo Michael nos quiere decir, algo así como "Eh, aquí estoy yo, yo soy el dueño y señor de esta ficción y voy a hacer lo que <s>me salga de mis pelotas austríacas</s> me plazca con ella". Y lo cumple, porque a partir de ese momento el director no se cansa de jugar con sus personajes y jugar asimismo con nosotros, tensando la cuerda a lo Hitchcock, haciéndonos pensar, modificando el lenguaje del cine de una manera sutil e integrada.<br /><br />Pero Haneke no se queda, menos mal, en escritor con estilo y sin historia, y nos presenta rápidamente a las piezas del puzzle: una familia francesa de clase-media alta, aparentemente feliz, empieza a recibir cintas de vídeo en las que se observan imágenes de su calle y de su casa, unidas a dibujos infantiles macabros y a llamadas telefónicas sospechosas. Una sinopsis así, firmada con brío, podría dar a un más que decente thriller psicológico, pero claro, Haneke no se iba a conformar <span style="font-style: italic;">sólo </span>con eso. Las cintas de vídeo, en esta película, son algo así como una espinita clavada en la planta del pie; al principio uno no le da importancia, no es nada serio, pero la espina sigue ahí, y poco a poco va causando dolor, infección, afectando a otras partes del cuerpo, revelando culpas y miedos ya aparentemente olvidados. Haneke sabe que no es oro todo lo que reluce, así que coloca su monolito en la luna, observa y toma nota.<br /><br />La película tiene al menos dos capas de significado claramente observables: la que se refiere a miedos y memorias individuales (protagonista y su familia) y la que se refiere a lo mismo pero en el ámbito colectivo (Francia y su pasado reciente). A nivel de las relaciones familiares, el director nos muestra con escepticismo la situación de una familia normal, bienestante, y nos plantea que el suelo que sostiene la estructura no es tan sólido como pudiera parecer. Y la familia feliz ya no es tan feliz: el padre (inmensa interpretación de Daniel Auteuil) vive con una alta carga de culpa a causa de un suceso de su infancia y es incapaz de confiar en sus personas más allegadas; la madre sólo puede consolarse con un amante, mientras que el hijo, en plena adolescencia, no parece encontrar el necesario apoyo de sus padres. Y es aquí cuando el fantasma del pasado se hace evidente de manera genial y metafórica: el niño argelino, abandonado por sus padres adoptivos y su hermanastro francés, se ha hecho mayor y malvive con su hijo joven en un apartamento. Su suicidio (uno de los planos más sobrecogedores que he visto en una pantalla) es inevitable ante el olvido sistemático por parte de Francia.<br />Sí, digo bien, de Francia, porque tras el suicidio empiezas a atar cabos de la sobrecogedora metáfora que Haneke se ha sacado de la manga para describir la situación de los países en vías de desarrollo en relación al mundo occidental. Y empiezas a darte cuenta de los detalles previos: la tonta discusión con el inmigrante al salir de casa, la inmensa biblioteca presidida en su centro por un televisor siempre encendido que emana una constante paranoia xenófoba, la acusación del secuestro hacia el hombre argelino y su hijo, el gallo decapitado...<br />Todo forma parte de lo mismo, y nos habla de la historia de Francia de los años 60 hasta la actualidad: un buen día, la Argelia adoptada se convierte en un problema para los padres franceses, que deciden abandonarla a su suerte ante la mirada pasiva de su hermanastro, que vive, rico, pero con una alta carga de culpa escondida tendiente a florecer. El hermano argelino, pobre, tiene un hijo que ha visto las penurias del padre y no quiere agachar la cabeza sino reivindicar ("sólo quería saber lo que se siente al cargar con un hombre") en voz alta. El francés mira para otro lado, le pide que no alce la voz porque se avergüenza delante de sus hermanos occidentales. Haneke, con su famoso plano final, a parte de hacerse él mismo patente y hacer cavilar al espectador poco ávido un poco más, nos muestra el futuro de dos jóvenes, uno argelino y el otro francés, condenados a entenderse.<br /><br />En resumen, una impresionante y sobrecogedora película, una verdadera obra abierta y arriesgada, que desgraciadamente ha sido infravalorada por el público.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-15681474809486307072009-05-15T20:41:00.005+02:002009-05-15T22:04:02.887+02:00Años mágicos de cine (1): 1954<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.italica.rai.it/cinema/film/strada/lastrada_gr.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 348px; height: 304px;" src="http://www.italica.rai.it/cinema/film/strada/lastrada_gr.jpg" alt="" border="0" /></a><br />Hoy viernes, al igual que la mayoría de los cines de este peculiar país, estoy de estreno. Inauguro una nueva sección en este blog/diario personal, y espero que no sea una sección de una sola entrada, como otras que he hecho por aquí.<br /><br />Como bien indica el título, en esta sección voy a repasar años excepcionalmente prolíficos en cuanto a la calidad de las películas presentadas, calidad, claro está, desde mi punto de vista.<br /><br /><span style="font-weight: bold;">1954 </span>fue un año verdaderamente importante en la historia, y aunque no ocurriera nada demasiado importante, si que es uno de esos años prototípicos de guerra fría, Plan Marshall y inicios de una globalización (en el buen sentido de la palabra) del arte en general y del cine en particular. Mientras los EE.UU. hacían pruebas con la bomba H, Elvis editaba su primer disco y en Cannes -de actualidad por estos días- se confeccionaba lo que sería su seña: la palma de oro, el cine de Hollywood comenzaba una de esas sacudidas que no provocaron otra cosa que el ascenso fulgurante de otras cinematografías, europea y asiática, básicamente.<br /><br />Mientras que McCarthy y la televisión hacían estragos en el modelo de negocio del studio system, en Europa se vivía un contexto muy diferente. Los principales países europeos comenzaban a salir de la postguerra, y con el crecimiento económico las prioridades empezaron a ampliarse, siendo el cine uno de los primeros beneficiados.<br /><br />En <span style="font-weight: bold;">Estados Unidos, </span>el maestro<span style="font-weight: bold;"> Hitchcock </span>vivía sus años de máximo esplendor. No sólo presentaba una de esas películas mágicas por la capacidad de crear más con menos <span style="font-style: italic;">(<span style="font-weight: bold;">La ventana indiscreta</span>)</span> sino que por si fuera poco estrenaba en este año una que está en mi top-5 del realizador sin duda: <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Crimen perfecto</span>. Elia Kazan, por su parte, rodaba quizás su película más conocida, <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">La ley del silencio</span>, moralmente despreciable pero todo un ejemplo de lo que el realizador era capaz de hacer en imágenes y una magnífica muestra del clasicismo negro hollywoodiense. También hay que destacar otras tres obras, que aunque no he tenido ocasión de ver todavía, no cabe duda que se recuerdan como grandes: <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La condesa descalza,</span> de Mankiewicz, <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Johnny Guitar</span> y <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Deseos Humanos</span>, del gran Fritz Lang.<br /><br />El cine americano, a pesar de las exquisitas muestras comentadas, queda bastante mal situado si lo comparamos con la calidad artística rompedora, sugestiva y profundamente atrayente del cine europeo y japonés.<br />Por aquel entonces en nuestro continente, si había una cinematografía dominante esa era sin duda la italiana. Los movimientos del nuevo cine europeo todavía estaban en su fase embrionaria, y de la condición crepuscular del movimiento neorrealista surgieron tres films imprescindibles para entender todo el cine que vendría después en Italia y Europa. Me estoy refiriendo a <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">La strada</span>, consagración del maestro Fellini con su gran obra maestra y una de las películas favoritas del que escribe; <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Senso</span>, de Visconti; y por último (primera quizás en importancia cinematográfica) <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Viaggio in Italia</span>, de Roberto Rossellini, precursora de la modernidad.<br />Otras propuestas interesantes en el panorama europeo de aquel año fueron las españolas <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Cómicos </span>y<span style="font-weight: bold; font-style: italic;"> Novio a la vista</span>, de Bardem y Berlanga, y <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Una lección de amor</span>, de Bergman.<br /><span style="font-weight: bold;"> </span><br />Pero, sin duda, si algún país vivió en aquel año un florecer asombroso ese fue Japón. No hace falta decir que los nipones vieron su época dorada en los 50 y 60, gracias sobre todo a Kurosawa, Mizoguchi y Yasujiro Ozu, y quizás 1954 fue su mejor año. La lista de filmes imposibles de obviar es muy larga, desde las impresionantes <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Los siete samuráis</span> o <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">El intendente Sansho</span> a las profundas <span style="font-weight: bold; font-style: italic;">Los amantes cruzificados</span> o <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La voz de la montaña</span>, de Noruse, pasando por <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Samurái</span> o <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La mujer crucificada.</span> Todo ello regado con la palma de oro en Cannes de <span style="font-style: italic; font-weight: bold;">La puerta del infierno</span>, de Teinosuke Kinugasa, curiosamente una película totalmente olvidada y quizás (no he tenido ocasión de verla) sensiblemente inferior a sus contemporáneas. En todo caso, este premio era una señal de la apertura de miras del cine hacia propuestas de todo tipo y de todo país, cambio que supuso la época dorada mundial del cine sonoro en los años siguientes.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-17265931351415569492009-03-24T22:58:00.005+01:002009-04-06T14:49:22.819+02:00Ginger e Fred: Ma la luce non torna più<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.danzaballet.com/userimages/gingerfredA1.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 261px; height: 306px;" src="http://www.danzaballet.com/userimages/gingerfredA1.jpg" alt="" border="0" /></a>Sono tornato. Últimamente he estado viendo sólo películas antiguas a causa de un aparente vacío cualitativo en cartelera y un vacío de ganas por parte mía en ir a buscar propuestas interesantes.<br />No importa, si algo caracteriza al cine es que por muchas películas que veas siempre te quedarán más y más por ver, así que uno se disfraza de abeja polinizadora (la primavera es lo que trae) y va de flor en flor seleccionando aquellas cintas que, por argumento o por afinidad con el autor, le apetece ver.<br /><br />Es el caso de una de las mejores que he visto últimamente, de visionado casi obligado pero no por ello menos disfrutable. Se trata, como ya podréis haber adivinado, de <span style="font-style: italic;">Ginger e Fred, </span>de la última época del maestro Fellini.<br /><br />Es inconfundible al ver esta película el sello del director italiano, ya que en ella aparecen algunas de las obsesiones, tanto narrativas como estéticas, presentes a lo largo de su obra. La cinta se inicia como un viaje, un trayecto desde la estación de Roma a los estudios de televisión por parte de Amelia-Ginger, interpretada por una magnífica Giuletta Masina, cuyo envejecimiento a lo largo de la filmografía de Fellini se presenta como un álbum fotográfico en movimiento de su propia vida. El trayecto por Roma vuelve a recordar a ese dibujo de la ciudad como vorágine, hogar de la vida decadente, vacía y mistificadora que ya se mostraba en cintas anteriores como <span style="font-style: italic;">Roma </span>y <span style="font-style: italic;">La dolce vita.</span><br />Ya desde ese momento, <span style="font-weight: bold;">en lo que es un inicio de primer acto prodigioso</span>, podemos observar los tres temas principales de la cinta, esto es;<span style="font-weight: bold;"> la crítica al espectáculo televisivo/publicitario</span> como un elemento aculturalizador e inquietamente omnipresente, <span style="font-weight: bold;"> la trifurcación mediante el disfraz y el maquillaje de la realidad/ficción/representación</span> y la vuelta a un pasado <span style="font-style: italic;">glorioso </span>como <span style="font-weight: bold;">toma de conciencia del paso del tiempo</span>.<br /><br />El primer tema se nos muestra de manera explícita; en prácticamente cada plano hay una televisión encendida y/o un anuncio a todo color, barroco, incluso hortera. Los personajes que aparecen en la primera parte de la cinta parecen obsesionados y abstraídos con la fuerza de atracción televisiva, olvidando sus funciones vitales y profesionales. Lo curioso es que la narración no se queda ahí, sino que muestra la televisión por fuera pero también por dentro, en el si del programa donde Ginger y Fred harán su última actuación. Si la visión inicial de la emisión televisiva ya es desalentadora, la posterior, en que se muestran los mecanismos de producción de un programa tipo <span style="font-style: italic;">Noche de fiesta</span>, es casi siniestra. <span style="font-weight: bold;">La fugacidad, falsedad, vacuidad y la obsesión por esos 15 minutos de fama que diría Warhol se hacen patentes como elementos característicos de la TV.</span> Además, todo este circo también le sirve a Fellini para mostrar un extenso catálogo de personajes dibujados y profundamente característicos que hoy en día llamaríamos <span style="font-style: italic;">freaks</span>.<br />En este entorno se produce lo que podríamos llamar <span style="font-style: italic;">imagen de la decadencia</span>, en la que varios de esos <span style="font-style: italic;">freaks</span> configuran una escena profundamente simbólica en el exterior de una discoteca, bailando sobre un paisaje desolado, escena de la cual Amelia rechaza participar, en una clara alegoría de su profundo sentimiento de desubicación.<br /><br />Esa visión de la televisión como creadora y destructora de mitos fugaces es otro de los puntos clave de la cinta, puesto que se relaciona con el segundo tema, lo que comentabámos antes sobre la realidad y la representación. Amelia y Pippo como Ginger y Fred, y la comunión de dobles que los acompañan en el autobús marcan esa tendencia posmoderna de la búsqueda de mitos ante la ausencia de un referente religioso o familiar. Se produce aquí uno de los elementos clave en el cine del maestro italiano: la representación dentro de la representación. <span style="font-weight: bold;">Mastroianni y Masina</span> no sólo deben interpretar a los personajes sino que además <span style="font-weight: bold;">deben interpretar a los personajes que interpretan los personajes</span>. Otra vertiente de la representación se produce en la vida pública, donde personajes claramente vacíos, fracasados (como por ejemplo Pippo) maquillan sus experiencias, ofreciendo una visión exterior totalmente distorsionada de su yo interior.<br /><br />El tercer tema principal es el del paso del tiempo y su virtud desubicadora. Esto se produce cuando las personas envejecen y se quedan estancadas en un fragmento de tiempo que no corresponde a la sociedad, que evoluciona hacia otros derroteros. Otro aspecto de ese paso del tiempo es su <span style="font-weight: bold;">virtud aleccionadora, en que una revisión de tiempos pasados ayuda a reflexionar sobre la propia vida cuando ésta llega a su fin y a tomar conciencia (a veces en un proceso trágico) del momento que se vive. </span><br />Todo este tema se empieza a poner en evidencia cuando Pippo, borracho (otro síntoma de decadencia), no reconoce a Amelia. Esa toma de conciencia del paso del tiempo se va haciendo más grande a medida que los personajes se desilusionan al darse cuenta que su pasado glorioso ya pasó, y que de estrellas de la imitación han pasado a un mero espectáculo más, con la mera voluntad de dar paso a otro no mucho más importante y fugaz que el suyo.<br />El punto álgido de ese <span style="font-style: italic;">darse cuenta </span>se da en la mejor escena del film (y una muestra más del genio felliniano), cuando en medio de sus últimos 15 minutos de fama, la luz se va en plató y con ella la magia veladora de la televisión; <span style="font-weight: bold;">los personajes quedan expuestos tal y como son y es entonces cuando Pippo-Fred pronuncia la frase que mejor resume este tercer tema clave del film: </span><span style="font-style: italic; font-weight: bold;">Ma la luce non torna più</span><span style="font-weight: bold;">. </span>Sin embargo,<span style="font-weight: bold;"> esa desilusión </span>que se provoca al despertar del sueño<span style="font-weight: bold;"> se vuelve ilusión o cuanto menos aceptación al descubrir la luz, el velo del espejo, y verse tal y como se es.</span><br /><br />En conclusión, una obra maestra seguramente infravalorada si la comparamos a las grandes cintas de Fellini, pero digna a mi entender de pertenecer a ese limbo del realizador italiano y del cine en general. Una película repleta de símbolos y de significados subyacentes, un prodigio de realización e interpretación y aderezada con ese toque de melancolía agridulce mágica que me gusta tanto y que la convierte en un film mítico.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-78931816454895949752009-03-05T16:46:00.005+01:002009-03-05T17:46:07.709+01:0012 angry men: Justicia a ciegas<div style="text-align: center;"><span class="Apple-style-span" style="color:#551A8B;"><span class="Apple-style-span" style="text-decoration: underline;"><br /></span></span></div><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/9/91/12_angry_men.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 208px; height: 314px;" src="http://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/9/91/12_angry_men.jpg" border="0" alt="" /></a><br /><div>Desde que comencé este blog no he tenido costumbre de hablar sobre películas que no fueran estrenos, más que nada porque me parece una tarea dificultosa y/o inútil hablar sobre algo de lo que ya se ha hablado mucho; es lo que se conoce vulgarmente como "remover la mierda", y creo que es algo que no tiene mucho sentido a menos que quieras aportar una visión diferente. También, por supuesto, que sólo merecería la pena hablar sobre las grandes obras del siglo XX, y hacer un análisis sobre las mismas provoca a menudo el temor de enfrentarse a algo demasiado complicado para una mente tan limitada como la mía.</div><div><br /></div><div>Hoy romperé la regla, y aunque probablemente no aporte nada nuevo sobre la ópera prima de Lumet, he estado pensando sobre ella y me apetecía vaciar esos pensamientos en algún recipiente. Como no tenía un barreño a mano lo hago en este blog, que es más limpio.</div><div><br /></div><div>El argumento que nos ocupa, ya de sobras conocido, sería algo como esto: En un juicio por asesinato, el jurado se sienta a deliberar su decisión, y aunque todo el mundo señala al acusado como culpable, un hombre alberga dudas todavía sobre su inocencia. Poco a poco, irá convenciendo a los otros once de que existe una duda razonable sobre el caso.</div><div><br /></div><div>Lo primero que nos sorprende en el film es el aire teatral que transmite (escenas interiores casi al 100%, presentación de espacios de manera lineal...). Esto no tiene por qué ser un problema, ya que muchas obras teatrales han sido adaptadas al cine con suficiencia y en ocasiones (y ésta sería un buen ejemplo) excelencia. Se me viene a la mente <i>Doubt</i>, que comenté hace poco en este blog y que por cierto guarda bastantes similitudes con <i>Twelve Angry Men</i>.</div><div><br /></div><div>Entrando en materia, podemos calificar el principio de la obra es <b>un ejemplo magnífico de presentación de espacios y personajes, </b>intuyendo a través de los diálogos su personalidad y su punto de vista sobre el veredicto. Y es que el guión de esta película es uno de los mejores y más redondos que he tenido ocasión de disfrutar, un guión que tendría que servir de ejemplo canónico del cine clásico. A lo largo de la cinta veremos, <b>a través de unos diálogos excepcionales, profundos y muchas veces implícitos, la evolución que sufre cada personaje y las diferentes capas de sentido que tiene la película.</b></div><div><br /></div><div>La realización, sobria y elegante, sin artificios, se ajusta perfectamente al guión, dejando que sean los actores y sus diálogos e interpretaciones los que construyan el film, procurando, en un ejercicio de cine clásico, establecer el mejor punto de vista de la situación. Un aspecto destacable sería sin lugar a dudas <b>la dirección de fotografía, muy cuidada y realmente adecuada a la cinta.</b> Ésta está realizada por parte de Boris Kaufman, que a buen seguro os sonará, pues no es otro que el hermano de Dziga Vertov y fotógrafo asimismo de películas como <i>Zéro de conduite</i> de Jean Vigo y <i>On The Waterfront</i>, de Elia Kazan.</div><div>El hecho de contar con un reparto tan extenso y donde todos tuvieran más o menos la misma importancia hace que nos sorprendamos todavía más del acierto en <b>cada uno de los actores escogidos, que rayan a un nivel perfecto durante toda la obra. </b>Aunque ciertamente el protagonita pueda ser un más que correcto Henry Fonda en su papel de hombre impasible, no podría destacar a ninguno por encima del resto, mostrando perfectamente diferentes puntos de vista y diferentes rasgos humanos en cada uno de ellos.</div><div><br /></div><div>Y es que la película es mucho más que una lucha de testosterona que nos muestra el machismo en la vida pública de la época,<b> es también una profunda reflexión sobre el sistema de justicia y su funcionamiento en el seno democrático en general y estadounidense en particular.</b> Se intenta, a través de unos personajes anónimos (no conocemos sus nombres, sólo sus números), ver representados los diferentes grados de confianza en la justicia y responsabilidad social, y en este aspecto <b>los personajes son alegorías de prejuicios, de irresponsabilidad social, de miedos y de ignorancia. La cinta hace preguntarnos hasta qué punto las experiencias personales intervienen a la hora de ejercer un derecho/deber democrático</b> y aceptar que siempre y cuando humanos decidan sobre humanos, existirán factores más allá de las pruebas científicas.</div><div><br /></div><div>Es ésta, pues, una de las mejores óperas primas de la historia del cine y el causante de que a Lumet se le diagnosticara el <i>síndrome Orson Welles</i>; es decir, empezar en la montaña más alta de la cordillera para ir escalando después picos más bajos.</div>Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-75680937598676310482009-02-14T16:05:00.007+01:002009-02-15T16:53:58.635+01:00Slumdog Millionaire: Más millionaire que slumdog<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.elmulticine.com/imagenes/carteles/Slumdog-Millionaire-b.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 331px; height: 476px;" src="http://www.elmulticine.com/imagenes/carteles/Slumdog-Millionaire-b.jpg" alt="" border="0" /></a>Hoy voy a hablar (como algun anónimo demasiado conocido ha pedido) sobre la peli que ganará el Oscar a la mejor película, ¿no? Yo de vosotros no estaría tan seguro. Cierto es que ha recopilado tantos premios que ya no les deben caber en la estantería, cierto es que los recientes intereses de Hollywood en Bollywood (esta frase me suena rarísima en todos los aspectos) hacen que sea necesario desde el punto de vista del márqueting un premio así, y cierto es que crítica y público la han aclamado como film del año.<br />Pero, si algo he aprendido con los años (lo que demuestra que no es muy difícil darse cuenta, porque no soy Gandalf precisamente), <span style="font-weight: bold;">es que los Oscar son otra historia. Ellos van a su bola, les da igual todo lo anterior</span>. Son terriblemente arbitrarios y asombrosamente sorprendentes, y no dudarán en ser salmones si así les viene en gana. ¿Os acordáis del Oscar para <span style="font-style: italic;">Crash</span>, cuando estaba cantado para <span style="font-style: italic;">Brokeback Mountain</span>? ¿No? Bueno, fue hace cinco años, lo comprendo. Pondré un ejemplo más reciente. <span style="font-style: italic;">The Dark Knight</span>. Ahora sí, ¿verdad?<br /><br />Sinceramente, aunque de las cinco nominadas me sobran casi tres (y aun me quedan dos por ver), <span style="font-weight: bold;">la peor de ellas es posiblemente ésta.</span> Ojo, no hablo ni de realización, ni de técnica, ni de actuaciones, ni de fotografía, ni de escenografía. Únicamente estoy hablando de película; así, en general, y por supuesto según mis gustos personales.<br />¿Por qué? Muy fácil, la razón más sencilla del mundo del cine. <span style="font-weight: bold;">Un mal guión</span>. Cierto profesor mío dijo una vez, citando seguramente a alguien que ahora no tengo ganas de <span style="font-style: italic;">googlear</span>: "Una película con un buen guión puede ser una buena o mala película, pero una película con un mal guión nunca será una buena película". Esta frase, a parte de la ya mítica "No la quiero buena, la quiero el martes", me quedó marcada, porque pocas veces he visto afirmación más cierta.<br /><br />Los que me conozcan sabrán que me repatea ver una vez y otra y otra la misma estructura de guión, que ya se usaba en los años 20 (los que vean la película sabrán de qué estoy hablando).<br /><span style="font-weight: bold;">Esta película está basada en la premisa básica que el espectador se lo tragará todo</span>. No pasa nada si una historia es poco verosímil, si no todas las películas serían documentales, y ni eso. Lo que no se puede hacer es no ser consecuente con la historia que estás narrando. No puedes hacer personajes tan tipificados como los que vemos aquí, los cuales son increíblemente planos y sin ninguna evolución psicológica, al menos a mi modo de ver, cuando han vivido tantas experiencias que neces les han hecho cambiar (este es uno de los puntos con los que se diferencia esta cinta de la enorme <span style="font-style: italic;">Ciudad de Dios</span>, con la que ha sido [ja-ja] comparada). Los malos son muy malos y los buenos son muy buenos.<br /><br />Decía Jordi Costa en su crítica en <span style="font-style: italic;">El País</span>: "Boyle logra que los vistosos árboles del filme no dejen ver el bosque". <span style="font-weight: bold;">Pues yo lo vi. </span>Admiro el aspecto técnico o artístico de esta película, me parece muy bueno, un montaje impresionante, fotografía, localizaciones e incluso música. Pero los vacíos en el guión (que obviamente no argumentaré), el recopilatorio de tópicos y la estructura de película de <span style="font-style: italic;">studio system</span> con tufillo moralista a lo Capra (que encima quieren disimular) me borran de la mente la buena mano del director y sus ayudantes.<br /><br />Y mirad que es una pena. Porque la película empieza de una manera casi brillante. Una presentación de la acción y personajes más que correcta, un ritmo muy bien llevado, una estructura de <span style="font-style: italic;">flashbacks </span>bien realizada (estás deseando que llegue el siguiente) y lo que más me gustó: un deje de cine de denuncia, crudo, que, pese a ser un tanto maniqueo en ocasiones (lo cual es perfectamente comprensible), hace que la cinta se disfrute. Pero entonces, la cosa se tuerce, y lo que podría haber sido una oportunidad perfecta para tratar un tema realmente interesante, con un argumento original y regado con una realización digna de elogio, <span style="font-weight: bold;">se queda a medio camino por la inclusión idealista, falsa y evasionista de la historia de amor tipo.</span> El mismo regalito de siempre envuelto en papel de muchos colores, exótico y Bollywoodiense, disfrazado de "indie" y/o "indio" (perdón por el chiste fácil) para que a los académicos se les caiga la baba, y se les cae precisamente porque esta película de moderna o de indie no tiene absolutamente nada. Pero por encima de todo, lo que más me ha molestado, es que esta película, cuyo argumento en buenas manos tendría todas las papeletas, <span style="font-weight: bold;">no me ha llegado.</span> Y luego se preguntarán por qué no ha gustado en la India.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-67956067717152006812009-01-29T20:26:00.002+01:002009-01-29T22:33:27.905+01:00Doubt: La eterna duda<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.cinematical.com/media/2008/08/doubtteaseredit.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 195px; height: 285px;" src="http://www.cinematical.com/media/2008/08/doubtteaseredit.jpg" alt="" border="0" /></a><br />El otro día interrumpí mi repaso casi obligado por las películas estrenadas en España durante 2008 para continuar otro, el de las películas que compiten a los oscar referentes a los filmes del año pasado, aunque aquí en nuestro atrasado culturalmente, doblador y mal distribuidor país se estrenarán casi todas en 2009. Lucky us! Internet existe y no sólo sirve para el porno y la wikipedia (curioso, términos antónimos en la mayoría de pensamientos), sino que además nos da una maravilla llamada descargas directas.<br />¿Que quieres una película en calidad (casi) DVD para verla en un par de horas <span style="font-style: italic;">from now</span>? No hay problema. ¿Y en V.O.S.? No hay problema. ¿Que quieres porno? Retrocede al párrafo anterior.<br /><br />Así, cuando vi que esta película estaba para descargar no lo <span style="font-style: italic;">doubt</span>é ni un segundo, ya que había leído muy buenas referencias sobre este filme, en guión, dirección y sobre todo interpretación. Ya sabéis que a mi me gusta investigar en el <span style="font-style: italic;">rerefons</span> de todas las películas, y veía en ésta una oportunidad para saciar mis ansias conspiratorias.<br /><br />Cabe decir que este film ha sido aclamado por su gran reparto, que pese a ello y contra todo pronóstico, no le llevó a ganar el Globo de Oro, sino que éste fue a caer a manos de la revelación del año, <span style="font-style: italic;">Slumdog Millionaire. </span>No sé por qué le estoy cogiendo manía a esta última, está todo el mundo un poco embobalicado con ella, como ya pasó con <span style="font-style: italic;">Juno </span>(no la he visto) y <span style="font-style: italic;">Litlle Miss Sunshine </span>(me gustó). Esperaré a verla en cines, y si es buena seré el primero en abanderarla, pero como no me guste todo el peso de mi crítica arbitraria, cruel y hiperbólica se cernirá sobre ella.<br />Como decía, <span style="font-style: italic;">Doubt </span>cuenta con un excelente reparto canalizado de una manera óptima hacia unas magníficas actuaciones. A estas alturas no vamos a descubrir a Meryl Streep, pero sólo tengo que decir que hacía tiempo que no veía una actuación con tantos matices como la suya en esta película. Y qué vamos a decir de Philip Seymour Hoffman, genial en todos los registros; mayordomo pelota en <span style="font-style: italic;">The Big Lebowski, </span>ejecutivo autodestructivo en <span style="font-style: italic;">Before the devil knows you're dead, </span>o cura progresista en esta última. Me sorprendió asimismo la (al menos para mí) total desconocida Amy Adams, en su papel neutro y Viola Davis, que lo borda y te hace recordarla aunque sólo aparezca en una escena.<br /><br />Las interpretaciones de este film no son unicamente grandes elementos que contribuyen a la verosimilitud y la tensión del mismo, sino que en este caso son claves. Y lo son porque lo que este film plantea es una concepción atemporal, el conflicto prácticamente irresoluble por excelencia (dejando a un lado el árabeisraelita), el choque entre la fe y la razón. Como en la enorme <span style="font-style: italic;">Fresas salvajes, </span>cada personaje representa una visión, pero a diferencia de aquélla este choque se hace menos explícito al quedar enmascarado por un hecho menos profundo (aunque tampoco demasiado), la acusación de pederastia a un sacerdote. El desarrollo de esta cinta está ambientado en 1964, pocos años después del <span style="font-style: italic;">Concilio Vaticano II, </span>que supuso la renovación de la institución eclesiástica católica y la confirmación de la tendencia progresista que habían adquirido muchos curas. Esta tendencia y el choque con la anterior se reflejan también de una manera brillante, pero no son sólo estos temas los que trata el magnífico guión de Shanley, sino que hay más: la pobreza, la diferencia hombre/mujer, el racismo, el autoritarismo y la educación, entre otros.<br />Es decir, una de esas películas profundas e implícitas que tanto me gustan, con el añadido que no es demasiado complicada para que una mente culta pero despistada como la mía pueda reparar en esos detalles subyacentes.<br /><br />Con tal guión, pudiera parecer que la dirección sería en este caso secundaria, pero afortunadamente no lo es, porque Shanley, a parte de adaptar la novela, sabe trasladar ese texto a la gran pantalla mediante un ejercicio de atmósfera brillante, a lo que ayuda la gran fotografía de Roger Deakins, y un ejemplo de técnica también muy reseñable.<br />Quizás los detractores de este film puedan achacar un cierto regusto excesivo de teatralidad en muchas escenas, o la falta de una tensión más evidente entre el personaje de Streep y el de Hoffman, pero lo cierto es que estos elementos se corresponden de una manera adecuada al fondo de la historia que se cuenta.<br /><br />El final, como no podía ser menos, deja con la boca y los ojos muy abiertos y viene a confirmar la teoría que se deja entrever a lo largo de la película. No quiero desvelar nada, pero lo el hecho de que la duda nunca se resuelva es un elemento más de por qué me encantó esta película: ¿fe o razón? Tú eliges.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-11593091867560295302009-01-19T21:30:00.002+01:002009-01-19T22:23:09.090+01:00Wall-e: Algo nuevo bajo el sol<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://blogs.ideal.es/blogfiles/pateandoelmundo/92247__034.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 179px; height: 265px;" src="http://blogs.ideal.es/blogfiles/pateandoelmundo/92247__034.jpg" alt="" border="0" /></a>Estos días blancos me he propuesto algo: ver las pelis con el cartelito de "imprescindible" del 2008, las cuales no pude ver a lo largo del año como debería (cine, subtitulos, sin que nadie me moleste a menos que yo quiera...). Y es que nunca había visto tantas películas como este año, pero posiblemente nunca había ido al cine tan poco como este año, o al menos, nunca había salido tan poco satisfecho del cine como este año. Paradojas de la vida.<br /><br />En fin, clavemos el tenedor. Después de ver <i>4 meses, 3 semanas y 2 días</i> y <i>La question humaine</i>, decidí que le tocaba el turno a la película disney (almenos la "famosa") del 2008.<br />Reconozco que, una vez más, se daba una paradoja. Por una parte, cualquiera que me conozca (y quien no, aquí se lo digo), sabe que hay dos géneros que no suelo soportar: el musical y la animación disney. Esto ha sido así siempre, desde niño. Creedme que cuando ambos géneros se fusionaban (películas disney pre-pixar) quería o bien morir o saber como se le daba al FWD en el cine. Por eso mismo no fui al cine a ver ésta (riesgo económico demasiado elevado). Aún así, y aquí está la otra cara de la moneda, que me hubieran hablado tan bien sobre esta película y que hubiera leído tantas críticas positivas sobre ella hacía que guardara una cierta esperanza respecto a este filme. Resultado de la paradoja: un término medio.<br /><br />Y es que Wall-e empieza con mucha fuerza, con unas secuencias iniciales que te dejan con la boca abierta, tanto por la realización virtual como por la audiovisual; todo está bien medido: música, efectos especiales, montaje... No hay nada que parezca hecho a la ligera. La primera (casi) media hora es casi sublime, una presentación casi perfecta, un prodigio de la animación (muchos toques infantiles, sí, pero no hay que olvidar que estamos hablando de Disney). Que aguante casi toda la película sin diálogos es una prueba del buen hacer de sus realizadores. Técnicamente es muy grande. Pero entonces, todo empieza a ir cuesta abajo, desde el olimpo de la animación baja progresivamente hacia la tierra firme, donde están sembradas todas las demás películas de la factoría del señor congelado.<br />Seguramente me digáis que exijo demasiado, que soy muy puntilloso. Cierto, pero luego veremos por qué. Antes, me gustaria comentar algunas de las cosas que hay detrás de la película, muy interesantes. Primero, se nos presenta la dicotomía entre lo antiguo y lo nuevo, entre las formas de vida antiguas, calmadas, casi rurales (representadas por Wall-e) y las nuevas, donde todo es volátil y lo que no sirve se destruye, donde todo está medido, calculado y sólo importan las cifras (representadas por Eve). Más tarde, y esto es lo que más me gusta del film, se nos muestra-mediante una cuidada pero no tan sutil crítica- en qué podemos convertir nuestra sociedad dentro de unos años (si no lo somos ya): tipos gordos, sin relaciones sociales, con el único entretenimiento de una pantalla delante de nuestras narices, con la influencia masiva de la publicidad y la obsesión por la belleza superficial. Una distopía bien representada y ciertamente muy creíble, donde hayamos destruido el planeta y nos encontremos vagando por el espacio sin voluntad para nada, sólo flotar y dejar que la marea nos lleve; donde una confianza ciega en las máquinas y un mal uso de ellas haya desterrado el amor por el conocimiento. Esta lectura (que por supuesto todo el mundo adulto podrá ver en mayor o menor medida) me gusta, es algo que no me esperaba, además de los guiños cinéfilos o a la historia de la ciencia ficción.<br /><br />¿Qué no me gusta, entonces? La otra parte. La parte Disney de siempre, las diferentes manifestaciones de exactamente la misma historia. Estamos hablando desde la órbita cultural. (Diría que aquí vienen espoilers, pero si lo leeis veréis que no). Véase a un chaval, animal u objeto humanizado (Wall-e : Wally). El pobre es un solitario, es un looser que no tiene más compañía que su mascota (cucaracha). Un día sin embargo, conoce a una chica, animal hembra u objeto humanizado (Eve), y se enamora de ella, aunque a ella en un principio sólo le importe un objetivo determinado. Tras varias secuencias, el looser, casi de casualidad, se convertirá en héroe, logrando el objetivo que tanto ansía la chica y por tanto conquistándola (materialismo puro). ¿Os suena?. Seguramente sí. Por ello mismo, no puedo calificar tan bien a esta película como me hubiera gustado, quiero algo nuevo, que me sorprenda, quiero riesgo. No quiero uniformidad cultural, no quiero ver películas que he visto 100 veces. Aunque sean para niños.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-70391139074568917352009-01-04T22:56:00.005+01:002009-01-04T23:46:39.590+01:00Revolutionary Road: American Way Of Life? Bull Shit!<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIRbYucv2lrfx7iherU-5YFci9jeFQI_7djYvnb3FufREP4vIHWlyL8H8dHCNUAmNxSle0kuyVjKcm4yc9fXaoe_a8Y6WoH_7kWmL5n2v5_iNZ22VJRQZL46vQ5ejx1R69waKBCLtmRJA/s1600-h/287392959.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 215px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIRbYucv2lrfx7iherU-5YFci9jeFQI_7djYvnb3FufREP4vIHWlyL8H8dHCNUAmNxSle0kuyVjKcm4yc9fXaoe_a8Y6WoH_7kWmL5n2v5_iNZ22VJRQZL46vQ5ejx1R69waKBCLtmRJA/s320/287392959.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5287561396347527746" border="0" /></a><span style="font-size:100%;"><br />Hace unos días, me senté en mi apoltronada silla giratoria dispuesto -una vez más- a disfrutar de una película<b> </b>con una manta por encima y una buena almohada en la espalda.<b> </b><br />Cuál fue mi sorpresa al comprobar que no sólo no sabía qué ver sino que además no tenía ninguna a mano, con lo cual mis planes de <span style="font-style: italic;">chill</span> se iban bastante al garete.<br />Como un pajarillo decepcionado que comprueba que su regurgitación no surte efecto (ejemplo un poco asqueroso, lo sé, pero no he encontrado una expresión que defina mejor a esa sensación), me dispuse a agotar los últimos recursos que me quedaban, acudiendo a mi colección del diario <span style="font-style: italic;">Público </span>-primero- </span><span style="font-size:100%;">y a una web de películas online después.</span><br /><span style="font-size:100%;"><br />Como comprenderé(is), no soy muy aficionado a este tipo de páginas, no por ser supuestamente ilegales (que no lo son, y aunque lo fueran no me importaría lo más mínimo) sino por la poca calidad de imagen que suelen ofrecer, además de porque la mayoría de filmes que se pueden ver o son de dudosa calidad o están doblados.<br /><br />Mi sorpresa fue mayúscula (algo así como un pajarillo que observa que sus crías no se devoran entre ellas) al comprobar que había una película en V.O.S. Y no sólo una película, sino una de esas llamadas a triunfar en los Oscar. Lo cierto es que viendo el cartel, viendo los actores y viendo lo que he dicho en la frase anterior, perfectamente podría tratarse </span>de una versión terrestre de la pomposa <span style="font-style: italic;">Titanic, </span>pero afortunada o desafortunadamente no lo es ni de lejos.<br /><br />Revolutionary road (lo explico para el que no lo sepa, pues esta película se estrena en España el 23 de enero) trata básicamente de un matrimonio con hijos y su vida en el típico pueblecito americano de los años cincuenta. Aparentemente, y sólo leyendo la sinopsis, es una más, un dramón absurdo ambientado en otra época que sería digno de ocupar la parrilla de Antena 3. Por supuesto, no lo es.<br />Es ésta una película sustentada sobre todo en tres boyas: las soberbias interpretaciones de los actores, la magnífica dirección del <span style="font-style: italic;">americanbeauty </span>Sam Mendes y una atmósfera genialmente conseguida.<br />Se trata de un guión construido a partir de una premisa básica, destruir la topicidad de la vida americana en los años cincuenta, que nos ha llegado a través de referentes culturales y que todos podemos describir. La película no nos dice en ningún momento que la imagen superficial de aquella sociedad no sea acorde a lo que nosotros pensábamos, lo que hace es transmitirnos algo muy importante: debajo de esa fina capa de felicidad, de desarrollismo posbélico, se esconde un contenido algo más problemático.<br /><br />Con absoluto realismo se nos muestra la frustración de los sueños, la complejidad del paso a la vida adulta y, sobre todo, el miedo: miedo a crear nuevos caminos, miedo a tomar decisiones, miedo a la volatilidad de la vida (y de las personas), miedo a la rutina, miedo a no conocer el mundo. Y pese a tener todo este miedo, toda esta sensación de pesadumbre, no poderlo reconocer.<br />Cierto es, sin embargo, que la película adolece de algunos tópicos sobre estos dramas, algunos clichés argumentales y -sólo en muy contadas ocasiones- diálogos un tanto faltos de frescura. Pero lo más aplaudible es que introduce dos aspectos muy novedosos -o al menos para mí-. El primero, un personaje brutal -el hijo loco (o así lo presentan, para mí es el único cuerdo) de unos vecinos-, algo así como la voz de la conciencia, el único, en un mundo de hipocresía, que no teme decir lo que piensa. El segundo, tres secuencias finales geniales, intercaladas eso sí por una escena que parece recurrir al happy end (dentro del drama absoluto, por supuesto) o si más no, hope end. Por suerte, esta escena queda totalmente borrada con la última del filme, un final digno de una gran película.<br /><br />No voy a hacer mucho más extensa la crítica pues revelaría algunos detalles que, al faltar bastante para el estreno, frustrarían a más de uno. Pero únicamente decir que esta película entusiasmará a aquellos que disfrutaron de <span style="font-style: italic;">American Beauty, </span>y decepcionará a aquellos que, por el cartel o por el reparto, esperaban un drama romántico al uso.<br />Cabe mencionar, por último, que esta obra recuerda -y mucho- a la serie americana <span style="font-style: italic;">Mad Men, </span>como ésta, un auténtico prodigio de técnica, interpretaciones y atmósfera, y que criticaré cuando tenga algo más de tiempo.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-34220790226216328602008-12-10T20:31:00.004+01:002008-12-10T21:23:15.917+01:00Buscando un beso a medianoche: Una verdadera comedia romántica<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://www.cinencuentro.com/wp-content/uploads/2008/06/insearchofamidnightkiss-poster.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 245px; height: 363px;" src="http://www.cinencuentro.com/wp-content/uploads/2008/06/insearchofamidnightkiss-poster.jpg" alt="" border="0" /></a><br />Antes de empezar a desgranar, descarnar, despedazar o cómo queráis llamar a lo que hago aquí, me gustaría pedir disculpas (a mí mismo, me temo, pues creo ser el único que lee este blog) por no haber actualizado contenidos en un largo tiempo. Sé que estabais deseosos de leer una nueva crítica, pero me ha sido imposible (lo siento, Travis)<br /><br />Dicho esto, empecemos. He de decir que es una de las películas que más gratamente me han sorprendido en bastante tiempo, un auténtico descubrimiento <span style="font-style: italic;">indie </span>al estilo de <span style="font-style: italic;">Little Miss Sunshine </span>(salvando las distancias). Al igual que aquél, es éste un film al que tradicionalmente llamaríamos comedia, ya que aunque en la sinopsis se trata como "comedia romántica", es evidente que el peso de la balanza se decanta más hacia el primer género que hacia el segundo.<br /><br />El argumento es simple: un joven solitario y deprimido por una relación anterior que intenta encontrar un amor nuevo antes de que acabe al año, con la excusa del tradicional beso de medianoche de <span style="font-style: italic;">New Year's eve. </span>Lo que no es simple, y lo que hace que se convierta en una pequeña gran película es, claramente, el guión y la interpretación. No quiero despechar a la puesta en escena, me parece magnífica; un ejemplo: la fotografía en ByN, que en ocasiones se interpreta como un hecho de pretenciosidad, se ajusta perfectamente a la historia. No haré un analisis <span style="font-style: italic;">misenscenico </span>porque no es realmente importante, aunque huelga decir que todo está cuidado aunque se quiera dar la visión de que no es así.<br /><br />Cuando se ha hablado de influencias (cosa normal en una película de un director novel), se han señalado principalmente dos: <span style="font-style: italic;">clerks </span>y <span style="font-style: italic;">Manhattan</span>. Sin que sirva de precedente, estoy completamente de acuerdo; de las dos toma el ByN (actualmente, más importante de lo que parece), pero esencialmente, está a caballo entre las dos. Como la película de Kevin Smith, hay aquí también chistes fáciles, rayando lo soez (aunque sin ser escatológicos). Igualmente, también es una cinta de muy bajo presupuesto y donde se ha rentabilizado lo máximo posible un guión mordaz y unos actores completamente desconocidos. De la película de Woody Allen nuestro debutante toma la casi perfecta construcción de los personajes a través de unos diálogos inteligentes, además de cierto aire romántico (rozando lo naïf en ocasiones) que la convierten en un film mítico.<br /><br />Empero, no es una película perfecta, adolece de unas pocas secuencias un tanto artificiales o tópicas y de un final apresurado (aunque ciertamente realista). Aún así, un genial debut y una verdadera comedia romántica <span style="font-style: italic;">old school, </span> que personalmente deseo que vuelva a revitalizar el género y haga olvidar esas completas gilipolleces protagonizadas por Jennifer López o Kate Hudson.Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-11336953030521482382008-11-21T23:21:00.002+01:002008-11-21T23:24:01.430+01:00Asfixia: el ahogo del hombre<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://ktarsis.files.wordpress.com/2008/05/ktchokeposter1.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 208px; height: 308px;" src="http://ktarsis.files.wordpress.com/2008/05/ktchokeposter1.jpg" alt="" border="0" /></a>El miércoles pasado acudí al preestreno de la película Asfixia, cinta que esperaba con ganas por estar basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk. Aprovecho la coyuntura para comentar ambos productos, tanto el libro como la película. Seguiré un orden cronológico, por lo tanto (lógicamente) voy a empezar por analizar la novela.<br /><p class="MsoNormal"> En clave de contexto, he de decir que pese a que previamente había visto <i style="">el club de la lucha, </i>basada asimismo en un libro del autor americano, era la primera novela que leía de dicho escritor, y quedé gratamente sorprendido.<br />Palahniuk se sirve de un estilo propio corrosivo, irónico y sobre todo lúcido, para mostrar un retrato de la enferma sociedad actual. Es curioso que utilice de hilo conductor un ejemplo (la adicción al sexo) de cómo en el mundo donde vivimos se intenta transformar lo antiguo en un fenómeno recién producido y raro, que incluso haga que personas se sientan mal consigo mismas por la eterna marginación de las minorías. Me gustaría algún día profundizar en este hecho, porque sólo sucede entre seres humanos. En la naturaleza, a lo escaso lo consideramos valioso: diamantes, oro, animales en extinción o incluso petróleo, aunque éste no sea más que deshechos acumulados a lo largo de millones de años.</p> <p class="MsoNormal">Dejando la filosofía a un lado, esta novela tiene muchos parecidos con<i style=""> club de lucha, </i>y tendría que leerme algunas más para comprobar si es un hecho común en la literatura de Palahniuk. Uno de los parecidos es la obsesión por los grupos de apoyo, los “… <i style="">Anónimos”. </i>En una sociedad como la americana, donde la mayoría de individuos viven aislados unos de otros (una imagen vale más que mil palabras: las típicas urbanizaciones de casas unifamiliares), el único método para crear vínculos no superficiales es en casos de extrema dificultad, donde lo primitivo vuelve a nuestras mentes para juntar a la comunidad por un bien (o mal) común.<br />Y Palahniuk lo demuestra en sus novelas: las relaciones fuertes y duraderas se establecen en estas asociaciones de apoyo; en<i style=""> club de lucha, </i>el narrador conoce a Marla en uno de estos grupos, mientras que en <i style="">Asfixia, </i>Victor y su mejor amigo, Denny, comparten grupo y trabajo.</p> <p class="MsoNormal">El otro aspecto común remarcable es la ausencia de una figura paterna para el protagonista, hecho muy importante para comprender la forma en que se comportan los personajes principales. Como bien dice <i style="">el narrador </i>de <i style="">club de lucha, </i>un padre es un dios en la sociedad moderna, y la ausencia de él provoca la ausencia de valores, la constante lucha ante el orden establecido y el odio hacia sí mismo, además de una –probable- feminización en las formas de vida, todo ello escondido bajo una máscara de aparente normalidad, de virilidad.<br />Ante ello, los protagonistas buscan continuamente una figura paternal. En este caso, Victor Mancini finge ahogarse para que alguien le salve y se convierta por unos momentos en su protector emocional y por largo tiempo en protector económico, mientras que en <i style="">club de lucha, </i>el protagonista no duda en llorar en los brazos de Bob, o más tarde aceptar la imposición de valores de un “personaje” marcadamente masculino como Tyler Durden.</p> <p class="MsoNormal">Por lo que hace referencia a la película, se puede considerar una adaptación bastante fiel al libro, aunque únicamente desde una órbita. El director se centra sobre todo en resaltar los aspectos cómicos –muchos- que se pueden encontrar en el libro, y deja a un lado el trasfondo de crítica social, añadiendo por si fuera poco algunas escenas adicionales que alejan el humor fino de la obra. Además, a diferencia de la novela, el final aparentemente feliz no deja ese regusto amargo del fracaso. Sin embargo, la película tiene técnicas interesantes y como comedia funciona de una manera eficaz. </p> <p class="MsoNormal">En resumen, una brillante novela (llena de metáforas y recursos enmarcados en un estilo particular al que yo llamo <i style="">realismo capitalista) </i>que ha dado como resultado una decente comedia fílmica. </p>Travishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-5383298138064315452008-11-02T22:49:00.003+01:002008-11-21T23:24:55.362+01:00Ventanas abiertas a la vida<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style=""><span style=";font-family:";font-size:14;" >Du Levande<o:p></o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><!--[if gte vml 1]><v:shapetype id="_x0000_t75" coordsize="21600,21600" spt="75" preferrelative="t" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" filled="f" stroked="f"> <v:stroke joinstyle="miter"> <v:formulas> <v:f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"> <v:f eqn="sum @0 1 0"> <v:f eqn="sum 0 0 @1"> <v:f eqn="prod @2 1 2"> <v:f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"> <v:f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"> <v:f eqn="sum @0 0 1"> <v:f eqn="prod @6 1 2"> <v:f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"> <v:f eqn="sum @8 21600 0"> <v:f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"> <v:f eqn="sum @10 21600 0"> </v:formulas> <v:path extrusionok="f" gradientshapeok="t" connecttype="rect"> <o:lock ext="edit" aspectratio="t"> </v:shapetype><v:shape id="_x0000_s1026" type="#_x0000_t75" style="'position:absolute;" wrapcoords="-108 0 -108 21528 21600 21528 21600 0 -108 0" allowoverlap="f"> <v:imagedata src="file:///C:\DOCUME~1\Miki\CONFIG~1\Temp\msohtml1\01\clip_image001.png" title=""> <w:wrap type="tight"> </v:shape><![endif]--><!--[if !vml]--><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiERedC41PfKH16dMWje3JNBXf6tP4Nfkb_noXPNd7HwR9efqOl8xjo5fRw7PbHjAQcPB7wL_InEK8O3dKNuPoq2oKub1odPUM5pchuEYca-F8IrWgxEfxxuiebhFbH_9_osOgY-TFd5RQ/s1600-h/Du_levande_Plakat_119109c.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 200px; height: 300px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiERedC41PfKH16dMWje3JNBXf6tP4Nfkb_noXPNd7HwR9efqOl8xjo5fRw7PbHjAQcPB7wL_InEK8O3dKNuPoq2oKub1odPUM5pchuEYca-F8IrWgxEfxxuiebhFbH_9_osOgY-TFd5RQ/s320/Du_levande_Plakat_119109c.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5264181174770835506" border="0" /></a><!--[endif]--><span style=";font-family:";" ><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size:130%;"><i style=""><span style=";font-family:";" >Du Levande </span></i></span><span style=";font-family:";font-size:130%;" >(traducido por <i style="">La comedia de la vida </i>en España) es una fresca composición de situaciones que ponen en evidencia la condición humana, relatadas magistralmente por Roy </span><span style=";font-family:";font-size:130%;" >Andersson. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" >Andersson plantea el film como una sucesión de largos planos fijos en los que los personajes parecen hablar con el espectador, haciéndole partícipe de su miserable vida. Así, nos son revelados, mediante pequeñas ventanitas, algunos de los entresijos por los que discurre nuestra existencia. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" >Es obvio que cada una de las historias está llevada hasta un extremo surrealista, pero funciona perfectamente dados los derroteros por los que nos conduce el film. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" >Hilarantes y melancólicas escenas hacen de <i style="">Du Levande </i>un film que no se presta a clasificaciones, ni como comedia ni como drama: una pareja que copula, el hombre le cuenta a la mujer sus problemas financieros mientras ésta goza, en un infinito orgasmo, sin reparar en nada de lo que le explica. Momentos que pretenden reflejar la soledad y la incapacidad de comunicarse efectivamente del humano. Andersson plasma una existencia en la que cada persona se preocupa, únicamente, de cumplir con sus pasiones, sin prestar atención a los sentimientos de los que les rodean. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" >No me parecería justo obviar el delicioso momento que nos brinda el sueño de un carpintero (Leif Larsson) que es condenado a muerte por romper una vajilla de porcelana de más de doscientos años de antigüedad. Le condenan tres jueces que beben cerveza mientras éste consuela a su abogado, desolado por perder el caso. Ésta no es más que una de las innumerables escenas de <i style="">Du Levande </i>que van a caballo entre el surrealismo y la más cruda realidad. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";font-size:130%;" >Roy Andersson hace patente con su cuarto largometraje (¡en casi cuarenta años!) que la condición humana no tiene por qué relatarse tan sólo en <i style="">Ilíadas </i>y <i style="">Odiseas </i>sino que también puede ser retratada en breves fragmentos de tiempo. Al fin y al cabo, de ellos está compuesta. </span><o:p></o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="margin-left: 18pt; text-align: justify;"><span style=";font-family:";" ><o:p> </o:p></span></p>Miquel Escudero D.http://www.blogger.com/profile/10158596987590037413noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-33410989413596254972008-10-27T18:53:00.002+01:002008-10-27T20:33:51.203+01:00Camino: El camino del cine español<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbAhZalTORd-lkS0WZLpeMha0zCVliCygjhXdTz_8cty73JkWcXe-RzsyRgrbpMIJ80eMA87jwGf7o5gA6vrlFDQKxY6rIZWc8PPC9oMUqeP5AJ8xDqccNIuif65iFdlVaN61GAhIgX4M/s1600-h/nerea_camacho_papel_camino.jpe"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 320px; height: 235px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbAhZalTORd-lkS0WZLpeMha0zCVliCygjhXdTz_8cty73JkWcXe-RzsyRgrbpMIJ80eMA87jwGf7o5gA6vrlFDQKxY6rIZWc8PPC9oMUqeP5AJ8xDqccNIuif65iFdlVaN61GAhIgX4M/s320/nerea_camacho_papel_camino.jpe" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5261893827871106242" border="0" /></a><br />Miquel escribía aquí hace unos días sobre la película <i>Los girasoles ciegos</i>, y lo hacía desde la resignación de que el cine español raya la mediocridad en la mayoría de sus obras.<br />No hay que olvidar, que como pasa en todos las cinematografías, de vez en cuando sale un producto audiovisual digno de admiración, y todos nos vanagloriamos por ello. Lo incorrecto, y lo que se debería de corregir, es encumbrar a películas de calidad normal o incluso mala hasta la cima de grandes obras del cine de este país donde vivimos. Haciendo odas a nuestro propio ombligo es imposible avanzar.<br /><br />Un ejemplo de ello sería <i>El orfanato</i><span style="font-style: italic;"><span style="font-style: italic;"><span style="font-style: italic;"><span style="font-style: italic;"></span></span></span></span>, declarada hasta la saciedad por algunos como una de las mejores películas españolas de los últimos tiempos, cuando (por poner un ejemplo de su género y año) REC, sin ser una obra sobresaliente, superaba con creces su calidad, innovación y por supuesto el objetivo principal de toda película de terror: el miedo.<br />El otro ejemplo es más reciente, y lo comento porque vi la película hace unos días: <i>Camino</i> de Javier Fesser.<br />Algunos medios se han esforzado en tildar esta cinta como una película de culto, una crítica feroz a la retrógrada institución eclesiástica y/o una bonita historia sobre una niña con cáncer. Puede ser. A mí, sin embargo, no me ha parecido ninguna de las tres. ¿Por qué dices eso, insensato?. Muy sencillo.<br /><br />No es una película de culto porque, a pesar de una correcta dirección e iluminación, tiene un fallo: un mal guión. Ya sabéis lo que se dice: con un buen guión se puede hacer una mala o buena película, en cambio, con un mal guión siempre se hará una mala película. El <i>script</i> es malo aunque incluya algunas buenas ideas, pues se evidencia la inexperiencia en la construcción de una historia (pese a ser basada en una historia real) o de unos personajes por parte del director/guionista. Diálogos encorsetados se mezclan con otros tópicos (cañí y olé), una construcción de la historia un tanto desordenada (sin pretenderlo), referencias continuas y en ocasiones innecesarias a otras películas (véase: la cenicienta) y un desenlace metido con calzador, pues no se puede hechar mano de un recurso, pese a ser bueno, si el argumento no lo exige así.<br />Se ha hablado mucho de la gran interpretación de los actores. No lo creo así. Para mí, la única que raya a un gran nivel es la hermana de la protagonista, que nos transmite su prisión personal, y los secundarios (que ayudan a que el mundo de los hospitales quede muy bien retratado). Los demás: correctos o mal.<br /><br />No es una crítica feroz al mundo del Opus dei porque aunque muestra algunos aspectos reales y denunciables, no lo hace (como de ello pretende convencernos Fesser) desde un punto neutral, sino que incluso desde mi punto de vista (el más anticlerical que puedas encontrar), es excesivamente ofensivo, tópico y paradójicamente adoctrinador.<br /><br />No es una bonita historia de una niña con cáncer porque este no es el argumento principal de la película, y es quizás el principal problema de la cinta: no explota un argumento para transmitirnos todo sobre él, sinó que trata superficialmente diferentes aspectos. Innecesario mostrar las operaciones casi en plano detalle, por ejemplo. Busca ese recurso efectista (y en ocasiones aplaudible, véase: <i>Mar adentro</i>, <i>Salvador</i>) de la crudeza en la imagen, de hacer aflorar sentimientos en el espectador, pero no llega a conseguirlo. Si una historia de una bonita niña feliz que muere por un cáncer nos hace casi reír (por algunas ocurrencias del guión), en vez de emocionarnos, ahí hay algo que no funciona.<br /><br />Wrong way, Mr. FesserTravishttp://www.blogger.com/profile/13842072866828319894noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-4465549365955547722.post-28559572173614733062008-09-12T13:35:00.002+02:002008-09-29T19:34:30.070+02:00Los girasoles ciegos<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt; font-family: times new roman;"><b style=""><span style=""><o:p> </o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: times new roman;"><span style=""><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: courier new;"><!--[if gte vml 1]><v:shapetype id="_x0000_t75" coordsize="21600,21600" spt="75" preferrelative="t" path="m@4@5l@4@11@9@11@9@5xe" filled="f" stroked="f"> <v:stroke joinstyle="miter"> <v:formulas> <v:f eqn="if lineDrawn pixelLineWidth 0"> <v:f eqn="sum @0 1 0"> <v:f eqn="sum 0 0 @1"> <v:f eqn="prod @2 1 2"> <v:f eqn="prod @3 21600 pixelWidth"> <v:f eqn="prod @3 21600 pixelHeight"> <v:f eqn="sum @0 0 1"> <v:f eqn="prod @6 1 2"> <v:f eqn="prod @7 21600 pixelWidth"> <v:f eqn="sum @8 21600 0"> <v:f eqn="prod @7 21600 pixelHeight"> <v:f eqn="sum @10 21600 0"> </v:formulas> <v:path extrusionok="f" gradientshapeok="t" connecttype="rect"> <o:lock ext="edit" aspectratio="t"> </v:shapetype><v:shape id="_x0000_s1026" type="#_x0000_t75" style="'position:absolute;" wrapcoords="-77 0 -77 21546 21600 21546 21600 0 -77 0"> <v:imagedata src="file:///C:\DOCUME~1\Miki\CONFIG~1\Temp\msohtml1\01\clip_image001.png" title=""> <w:wrap type="through"> </v:shape><![endif]--><!--[if !vml]--><!--[endif]--><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4BghmNRVjh43oUq6yZpaX_SG5KbvrxtkKpRhf23utOJyTmXvzgrUDB5IYHv2ijH_7AAWJH0oUwzO9-RPQbXgW1a8zFMpjwm0VCy209e6AYnCjav8ecrMC1DmdsUwC3JxvynQc_BSYXzM/s1600-h/los_girasoles_ciegos.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 222px; height: 275px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4BghmNRVjh43oUq6yZpaX_SG5KbvrxtkKpRhf23utOJyTmXvzgrUDB5IYHv2ijH_7AAWJH0oUwzO9-RPQbXgW1a8zFMpjwm0VCy209e6AYnCjav8ecrMC1DmdsUwC3JxvynQc_BSYXzM/s320/los_girasoles_ciegos.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5245097136868453634" border="0" /></a><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" >José Luis </span><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" >Cuerda nos </span><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" >p</span><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" >r</span><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" >esenta una adaptación cinematográfica de la novela de Alberto Méndez <i style="">Los girasoles </i></span><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" ><i style="">ciegos</i>, en la que peca de partidista. Se entretiene con incesantes clichés</span><span style="font-family: georgia;font-size:100%;" > más que consabidos sobre la maldad de los afines al bando franquista y la bondad de los republicanos. Ahí se queda. Ni siquiera se atisba un intento de ahondar en personalidades más complejas dentro del marco de las personajes que vivieron la Guerra Civil (lo miserable que fue la guerra y la posterior dictadura están más que patentes en los libros de historia y en la memoria de los españoles que vivieron ese triste periodo). En el fondo, es el reflejo de una España inmadura que se sigue aferrando a uno de sus episodios más lamentables sin reparar en que hubieron personas buenas y malas en los dos bandos, inteligentes y estúpidas, interesantes y mediocres. Pero no, los afines, tanto al bando franquista como al republicano siguen en sus trece de adoptar siempre el papel de buenos de la película, constatando así que no ven más allá del blanco o el negro, el azul o el rojo. <span style=""> </span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style=";font-size:100%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style=";font-size:100%;" >De todas formas, Cuerda plasma con maestría la interesantísima trama que se desarrolla a partir de la obsesión de Salvador (Raúl Arévalo), un diácono recién llegado del frente, por Elena (Maribel Verdú), la madre de un alumno suyo. Así, desglosa sagazmente las diversas tramas que componen el film de manera que ésta cobre mayor importancia. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style=";font-size:100%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style=";font-size:100%;" >La huida de Elenita (Irene Escolar), hija de Ricardo (Javier Cámara) y Elena, con Lalo (Martín Rivas) a Portugal sólo llama la atención por inverosímil, dado que sólo han de cruzar un bosque para llegar a la frontera con Portugal desde Ourense. Además, el excesivo melodramatismo de la escena no contribuye positivamente al film; ya que la muerte de dos personajes a los que apenas conocemos no emociona demasiado al espectador. En cambio, probablemente hubiera resultado más convincente quedarse únicamente con la escena en la que podemos ver a Ricardo, en el momento en que descubre la noticia y cómo la oculta al resto de la familia. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style=";font-size:100%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style=";font-size:100%;" >Cabe destacar, por encima de otros recursos técnicos, la notable fotografía de <i style="">Los girasoles ciegos</i>. La iluminación es clave en las escenas de mayor intensidad dramática, ya que contribuye decisivamente a emocionar y conmocionar al espectador. Desde aquí, aprovecho para felicitar a Hans Burmann, el director de fotografía, por su magnífica labor en este film. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style=";font-size:100%;" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";" ><span style="font-size:100%;"><span style="font-family: georgia;">También quiero resaltar la elogiable interpretación de Raúl Arévalo, bajo la piel del siniestro Salvador, en confrontación con un Javier Cámara que sobreactúa demasiado en los momentos de desesperación.<br /></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><div style="text-align: center;"><a href="http://www.filmaffinity.com/es/film873143.html">Ficha de la película en filmaffinity</a><br /></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";" ><span style="font-size:100%;"><span style="font-family: georgia;"></span></span><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";" ><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=";font-family:";" ><o:p> </o:p></span></p>Miquel Escudero D.http://www.blogger.com/profile/10158596987590037413noreply@blogger.com2