Revolutionary Road: American Way Of Life? Bull Shit!


Hace unos días, me senté en mi apoltronada silla giratoria dispuesto -una vez más- a disfrutar de una película con una manta por encima y una buena almohada en la espalda.
Cuál fue mi sorpresa al comprobar que no sólo no sabía qué ver sino que además no tenía ninguna a mano, con lo cual mis planes de chill se iban bastante al garete.
Como un pajarillo decepcionado que comprueba que su regurgitación no surte efecto (ejemplo un poco asqueroso, lo sé, pero no he encontrado una expresión que defina mejor a esa sensación), me dispuse a agotar los últimos recursos que me quedaban, acudiendo a mi colección del diario Público -primero-
y a una web de películas online después.

Como comprenderé(is), no soy muy aficionado a este tipo de páginas, no por ser supuestamente ilegales (que no lo son, y aunque lo fueran no me importaría lo más mínimo) sino por la poca calidad de imagen que suelen ofrecer, además de porque la mayoría de filmes que se pueden ver o son de dudosa calidad o están doblados.

Mi sorpresa fue mayúscula (algo así como un pajarillo que observa que sus crías no se devoran entre ellas) al comprobar que había una película en V.O.S. Y no sólo una película, sino una de esas llamadas a triunfar en los Oscar. Lo cierto es que viendo el cartel, viendo los actores y viendo lo que he dicho en la frase anterior, perfectamente podría tratarse
de una versión terrestre de la pomposa Titanic, pero afortunada o desafortunadamente no lo es ni de lejos.

Revolutionary road (lo explico para el que no lo sepa, pues esta película se estrena en España el 23 de enero) trata básicamente de un matrimonio con hijos y su vida en el típico pueblecito americano de los años cincuenta. Aparentemente, y sólo leyendo la sinopsis, es una más, un dramón absurdo ambientado en otra época que sería digno de ocupar la parrilla de Antena 3. Por supuesto, no lo es.
Es ésta una película sustentada sobre todo en tres boyas: las soberbias interpretaciones de los actores, la magnífica dirección del americanbeauty Sam Mendes y una atmósfera genialmente conseguida.
Se trata de un guión construido a partir de una premisa básica, destruir la topicidad de la vida americana en los años cincuenta, que nos ha llegado a través de referentes culturales y que todos podemos describir. La película no nos dice en ningún momento que la imagen superficial de aquella sociedad no sea acorde a lo que nosotros pensábamos, lo que hace es transmitirnos algo muy importante: debajo de esa fina capa de felicidad, de desarrollismo posbélico, se esconde un contenido algo más problemático.

Con absoluto realismo se nos muestra la frustración de los sueños, la complejidad del paso a la vida adulta y, sobre todo, el miedo: miedo a crear nuevos caminos, miedo a tomar decisiones, miedo a la volatilidad de la vida (y de las personas), miedo a la rutina, miedo a no conocer el mundo. Y pese a tener todo este miedo, toda esta sensación de pesadumbre, no poderlo reconocer.
Cierto es, sin embargo, que la película adolece de algunos tópicos sobre estos dramas, algunos clichés argumentales y -sólo en muy contadas ocasiones- diálogos un tanto faltos de frescura. Pero lo más aplaudible es que introduce dos aspectos muy novedosos -o al menos para mí-. El primero, un personaje brutal -el hijo loco (o así lo presentan, para mí es el único cuerdo) de unos vecinos-, algo así como la voz de la conciencia, el único, en un mundo de hipocresía, que no teme decir lo que piensa. El segundo, tres secuencias finales geniales, intercaladas eso sí por una escena que parece recurrir al happy end (dentro del drama absoluto, por supuesto) o si más no, hope end. Por suerte, esta escena queda totalmente borrada con la última del filme, un final digno de una gran película.

No voy a hacer mucho más extensa la crítica pues revelaría algunos detalles que, al faltar bastante para el estreno, frustrarían a más de uno. Pero únicamente decir que esta película entusiasmará a aquellos que disfrutaron de American Beauty, y decepcionará a aquellos que, por el cartel o por el reparto, esperaban un drama romántico al uso.
Cabe mencionar, por último, que esta obra recuerda -y mucho- a la serie americana Mad Men, como ésta, un auténtico prodigio de técnica, interpretaciones y atmósfera, y que criticaré cuando tenga algo más de tiempo.

4 comentarios:

El Guardián de la fila 8 dijo...

Estupenda crítica, Travis.
Tengo verdaderas ganas de ver esta peli. Sam Mendes me parece un director interesante y arriesgado y es siempre un gusto ver a la grandísima Kate Winslet.
Mis respetos,
El Guardián

Anónimo dijo...

Habrá de ser vista, puesto que Mad Men es de lo mejor de la televisión de los últimos dos años, aunque creo que la primera temporada fue ampliamente superior a la segunda.

berenguela dijo...

muy buena crítica! a ver quién se lleva el oscar.. está reñido, como en Titanic, aunque la vez pasada se lo llevara Dicaprio(una decepción), esta vez tienen q ser para Kate Winslet, es una gran actriz! y llevaba tiempo sin aparecer por la gran pantalla.

Daniel Bermeo dijo...

Yo la ví y me gustó muchisimo, en especial las actaciones de DiCaprio y Winslet